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domingo, diciembre 30, 2007

Felicesfiestas?


Here`s to a Lousy Christmas and a Crappy New Year.





Porsupuestoque no consegui lo que pedi( perosi lo que necesitaba)----


He hestadotrabajandoen Pemex duranteesta temporada y al parecer, la vida se consume poco a poco estando en el trabajo yni siquiera he tenido tiempode reparar el teclado de mi ordenador (por eso la barra espaciadora nomepermite hacer las correcciones quetanto anhelo) yhasta he dejado ami familia un tanto olvidada (claro, la otra familia,pues aun tengo que regresar a casa despues deltrabajo)



Valeque ni siquierahepodidovermis peliculasdetemporada (no,nolasdenavidad, esassonparadespues) asi queesperare otro pocoparaver lanochedelosmuertos vivosy latienditadeloshorrrores(ambasensuversion originaldeblancoynegro,nolasversiones masactuales carajocon esta teclaespaciadora!!!!!).




ELpino me hacreadouna especiede alergia y por pocoyme quedo pegado a las guias de mi balconpor queres prenderlas mientras me secaba el cabello despues del baño (si, se que fue una estupidez saliral balcon en toalla , puestraia el pelohumedo...sabran ustedes...) y ni siquiera elmatarme trabajando(esa sifue unamentirotadel 28!) ha rendido frutos....bien dicen que cuando se tiene tiempono hay dinero, y cuandohay dinero nohay tiempo....God, i wish those days could come back once more....



ya ustedesloshe tenido muy olvidados...noesqueme interese tanto, pero comoparagastarmis ultimas fuerzas del dia en un blogg.....mejor me duermo...nisiquiera me dejan un comentario enmicalceta...y miraque hedejado leche ylasgalletras paraustedes...



Esperemosqueelrpoximoañosecurenmis ulceras pepticas y pueda escribir sin manchar de sangre miteclado, locual a l parecer es lo quedañoen un principio elteclado-----bah. comprare otro cuandovuelva a ser libre...





Mientrastanto les dejare un cuento paraquereflexionen este 31.....espero que se retrase el calentamiento global ynodebamos desalojar la m,adre patria....Inglaterra claroesta!....





Gocenlo.


Un cetro final, una corona duradera
Ray Bradbury


-Allí está.
Los dos hombres miraron hacia abajo. El helicóptero también se inclinó. La costa aparecía más lejos.
—No. Es sólo una roca y algo de musgo...
El piloto levantó la cabeza, lo cual indicó la elevación del helicóptero, que giró y se alejó del paraje. Las blancas rocas de Dover desaparecieron. Pasaron por encima de verdes prados, yendo atrás y adelante, como una gigantesca libélula que daba vueltas por entre las ráfagas heladas del invierno que ponía escarcha en sus alas.
—¡Espera! ¡Allí! ¡Desciende!
El aparato descendió. El acompañante del piloto, lanzó un gruñido, abrió la portezuela y, como si fuera una máquina que necesitara lubricante, se dejó caer cuidadosamente entierra. Corrió. Al perder el aliento, aflojó el paso para gritar débilmente contra el viento:
—¡Harry!
Su grito consiguió que una forma encorvada, cerca de la loma fronteriza, se levantara tambaleándose y echara a correr.
—¡Yo no he hecho nada!
— ¡No es la justicia, Harry! ¡Soy yo! ¡Sam Welles!
El viejo que huía ante él aflojó la marcha y se detuvo rígidamente al borde del arrecife que dominaba el mar, sujetándose la larga barba con las enguantadas manos.
Samuel Welles, jadeando, corrió hacia él, pero al llegar a su altura no lo tocó, como temiendo que volviese a huir.
—Harry, maldito idiota. Llevo semanas buscándote. Temí no poder encontrarte.
—Y yo temía que me encontraras.
Harry, que había tenido los ojos cerrados, los abrió para contemplar temblorosamente su barba, sus guantes y a su amigo Samuel. Allí estaban los dos ancianos, muy grises, muy fríos, sobre una elevación de piedra desnuda, un día de diciembre. Se conocían desde hacía tiempo, tantos años que podían leer sus mutuos pensamientos en sus respectivas expresiones. Por consiguiente, su boca y sus ojos, eran semejantes. Podían haber sido antiguos hermanos. La única diferencia estaba en el individuo que se había como despegado del helicóptero. Bajo sus ropas oscuras podía divisarse una incongruente y multicolor camisa hawaiana. Harry trataba de no mirarla.
De pronto, sus ojos se encontraron.
—Harry, he venido a avisarte.
—No era preciso. ¿Por qué crees que me escondía? ¿Es éste, acaso, el último día?
—Sí, el último.
No se movieron, reflexionando ambos sobre lo mismo.
Mañana, Navidad. Y ahora estaban en la tarde de la Nochebuena, cuando se marchaban las últimas embarcaciones. E Inglaterra, una roca en mar de agua y niebla, sería un monumento de mármol escrito por la lluvia y enterrado en la bruma. Al día siguiente, sólo las gaviotas poseerían la isla. Y mil millones de mariposas monarca volarían como adornos de un desfile frente al mar.
Harry, con los ojos fijos en la marea, dijo:
—Al crepúsculo, todos esos malditos idiotas habrán abandonado la isla, ¿eh?
— Exactamente.
—Mala cosa. Y tú, Samuel, ¿has venido a raptarme?
—A convencerte, sería más propio.
—Convencerme? Dios santo, Sam!, ¿no me conoces desde hace cincuenta años? ¿No has podido adivinar que desearía ser el último hombre de toda Bretaña? No, eso no suena bien, ¿ . . . de toda la Gran Bretaña?
«‘El último hombre de toda la Gran Bretaña —pensó Harry—. ¡Oh, Dios!, esto suena bien. Es la gran campana de Londres que se oye en medio de todas las lloviznas, a través del tiempo de estos extraños día y hora, cuando el último, el último excepto uno, abandone este montículo glacial, esta tumba verde en medio de un mar de luz helada. El último..., el último.”
—Escucha, Samuel. Mi tumba está cavada. Y no quiero abandonarla.
—Quién te meterá ahí?
—Yo, cuando llegue el momento.
—Y quién la cubrirá?
—Hay polvo para cubrir el polvo, Sam. El viento lo hará. Ah, Dios mío! —sin querer, las palabras se escaparon de sus labios. Quedó asombrado al ver que sus lágrimas se helaban al descender de sus cegados ojos.
—éQué hacemos aquí? ¿ Por qué tantas despedidas? ¿ Por qué se han ido las últimas embarcaciones del Canal, los últimos reactores? ¿Adónde se marcha la gente, Sam? ¿Qué ha ocurrido? ¿Qué ha ocurrido?
—Pues es muy sencillo, Harry —repuso Samuel Welles, en voz baja—. El clima de aquí es muy malo. Siempre lo fue. Nadie se atrevía a comentarlo siquiera, ya que no podía encontrarse una solución. Pero ahora Inglaterra ha terminado. El futuro pertenece a...
Los ojos de ambos se dirigieron al sur.
—A las malditas islas Canarias?
—A Samoa.
—A las costas brasileñas?
—No te olvides de California, Harry.
Los dos se echaron a reír.
—California... ¡Por todos los diablos! ¡Un lugar divertido! Y sin embargo, ¿no había este mediodía un millón de ingleses desde Sacramento a Los Angeles?
—Y otro millón en Florida.
—Dos millones hacia abajo, sólo en los últimos cuatro años.
Ambos asintieron ante el cálculo.
— Bien, Samuel, el hombre dice una cosa. El sol dice otra. De modo que el hombre hace lo que su piel le dice a la sangre. Y la sangre dice al fin: “Al sur”. Lleva dos mil años diciéndolo. Pero nosotros fingíamos no oírlo. Un hombre con su primer bronceado a causa de los rayos del sol es un hombre en medio de un nuevo amor, lo sepa o no. Finalmente, se tumba bajo un cielo extraño y le dice a la cegadora luz: “Enséñame, oh, Dios mío, enséñame!”
Samuel Welles movió la cabeza con cierto temor.
—Sigue hablando así y no tendré que raptarte.
—No, el sol puede haberte enseñado a ti, Samuel, pero no a mí. Ojalá pudiese. Lo cierto es que no será muy divertido estar solo. No puedo discutir contigo, Sam, ni convencerte para que te quedes y formemos la pareja de antaño, tú y yo, como cuando éramos chicos, ¿eh?
Golpeó rudamente el codo de su amigo.
—Diantre, me haces pensar que soy un desertor del rey y la patria.
—No es cierto. Tú no abandonas nada, ya que aquí no hay nadie. ¿Quién habría soñado, de chicos, en 1980, que llegaría él día en que una promesa de verano perpetuo llevaría a John Bull (1) a las cuatro esquinas de un más allá? (John Bull es el personaje alegórico representante de Inglaterra, como el Tio Sam lo es de los Estados Unidos. (N. del T.)

—Toda mi vida he pasado frío, Harry. Son muchos años de ponerme ropa y no tener bastante carbón en la estufa. Son muchos años en que el cielo no aparecía más que por una grieta entre dos nubes el primer día de junio, y en que ni el olor a heno daba principio a junio o a un día seco, así como tampoco un agosto con viento. Y esto año tras año. No lo resisto más, Harry, no puedo.
—Ni lo necesitas. Nuestra raza ha padecido mucho. Tú te lo has ganado, te mereces este largo retiro, este largo descanso en Jamaica, Puerto Príncipe o Pasadena. Dame la mano. Estréchala con fuerza otra vez! Este es un gran momento de la historia. ¡Tú y yo lo estamos viviendo ahora!
—Seguro, por Dios.
—Mira, Sam, cuando te hayas ido y te hayas establecido en Sicilia, Sidney o en Orange Navel, California, cuenta este “momento” a la prensa. Podrías llenar una columna. ¿Y los libros de historia? Bien, ¿no podría haber en ellos media página dedicada a nosotros dos, el último en marcharse y el último en quedarse? Sam, ¡oh!, Sam, me estás rompiendo los huesos de la mano, pero estrecha fuerte, muy fuerte, porque ésta es nuestra última despedida.
Estaban de pie, jadeando, con los ojos arrasados por el llanto.
—Harry, ¿quieres acompañarme hasta el helicóptero?
—No. Temo a esos malditos aparatos. La idea del sol en medio de un día oscuro podría asaltarme y obligarme a volar contigo.
—Qué mal hay en ello?
—¿Mal? ¡Oh!, Samuel, yo debo salvar nuestras costas de cualquier invasión. Los normandos, los vikingos, los sajones. En los años venideros recorreré toda la isla, manteniendo la guardia desde Dover hacia el norte, en torno a los arrecifes, para después regresar de nuevo a Folkestone.
—Te invadirá Hitler, amigo?
—Tal vez sí, él con sus fantasmas de acero.
—Y cómo lucharás contra él, Harry?
—Crees que estaré solo? No, por el camino puedo encontrar a César en una playa. Le gustaba mucho, de modo que dejó un par de caminos. Marcharé por esos caminos y pediré a esos fantasmas que rechacen a los de los invasores, Sí, es cosa mía evocar o no evocar fantasmas, elegir o no toda la maldita historia de esta isla, ¿no crees?
— Ciertamente.
El último hombre se volvió hacia el norte, luego al oeste y por fin al sur.
—Y cuando lo haya visto todo, desde aquel castillo al faro de allá, y escuchando las batallas y los cañonazos de la primera guerra mundial, y las gaitas de Escocia con su agrio sonido, cada semana del Año Nuevo, Sam, bajaré por el Támesis, y cada 31 de diciembre, hasta el fin de mis días, el vigilante nocturno de Londres, o sea yo mismo, yo, yo, sí, efectuará sus rondas y hará sonar las campanas de las antiguas iglesias. Las naranjas y los limones son las campanas de San Clemente. Y las campanas de Bow, las de Santa Margarita y San Pablo. Haré bailar las cuerdas de las campanas en tu honor, Sam, y espero que el viento frío sople hacia el cálido sur, donde te estarán saliendo algunos pelos grises en las orejas tostadas por el sol.
—Yo estaré escuchando, Harry.
— ¡Escucha más aún! Me sentaré en la Cámara de los Lores y en el Parlamento, y haré debates, perdiendo ahora y ganando después. Y puedes afirmar que “nunca en la historia tantos debieron tanto a tan pocos”, y escucharé las sirenas de las canciones antiguas y olvidadas, y todo cuanto se radió antes de que naciéramos. Y unos instantes antes del primero de enero, treparé y me alojaré con los ratones en el Big Ben, cuando resuene el reloj con el cambio de año. Y sin duda, en algún momento, me sentaré en la piedra de Scone.
—Oh, no!
—,No? O en el lugar donde estaba antes de que la enviaran al sur, a la bahía del verano. Y dame una especie de cetro, una serpiente hibernada tal vez, atontada por la nieve de un parque decembrino. Y coloca una corona de pasta sobre mi cabeza. Y llámame amigo de Ricardo, Enrique, pariente proscrito de Isabel 1 y II. Solo en el desierto de Westminster con el callado Kipling y la historia bajo el pie, muy anciano, quizá loco, gobernante y gobernado. ¿No podría elegirme a mí mismo rey de las neblinosas islas?
—Tal vez, ¿y quién te censuraría por ello?
Samuel Welles volvió a abrazar con fuera a su amigo y luego echó a correr hacia el aparato. De pronto se volvió para exclamar:
— ¡Dios mío! Acaba de ocurrírseme. Tu nombre es Harry. Un nombre estupendo para un rey.
—No es malo.
—Perdóname por dejarte.
—El sol lo perdona todo, Samuel. Vete donde quieras.
—Pero, ¿me perdonará Inglaterra?
— Inglaterra está en el lugar donde esté su gente, y yo me quedo con los huesos viejos. Tú te vas con la sangre caliente, Sam, y debes tratar de conseguir un buen bronceado.
—Adiós.
—Que Dios vaya contigo. ¡Oh, tú y esa maldita camisa de colores!

El viento gimió entre ambos y, por más que gritaron, ya no se oyeron. Agitaron las manos, y Samuel trepó al aparato, que ascendió con rapidez y flotó como una enorme flor blanca de verano.

Y el último hombre se quedó de pie en el risco, sollozando.
“Harry, ¿no odias los cambios? ¿No estás contra el progreso? ¿No comprendes los motivos de todo esto? ¿No entiendes que los buques, los aviones, los reactores y la promesa de un clima amable, han alejado de aquí a todo el mundo? Oh!, sí, lo entiendo, lo entiendo. ¿Cómo podrían resistirse cuando un agosto perenne les aguarda tan cerca?”
En cierta ocasión, el agosto en las islas británicas duró sólo media hora, no, cinco minutos, unos segundos, para alejarse de nuevo hacia el sur, hacia el verano eterno. Y los sueños, la gente y las máquinas se marcharon al sur como enormes aves que, al llegar, ya no pensaron en regresar al norte para emparejarse y por eso anidaron en bandadas trashumantes a lo largo de las costas ecuatoriales.
Estadísticas. Dos millones de personas llegaron, casi de la noche a la mañana, a Sudamérica. Cinco millones se esparcieron por las cálidas praderas africanas. Diez millones aterrizaron poco después en Cabo Kennedy, en Taos y en Santa Bárbara. Diez millones, millón más o menos, en Australia, Madagascar y el mar de Tasmania. ¡Un terremoto absoluto del clima y noventa mil aparatos voladores habían estremecido y tentado a los hombres a abandonar sus viejas costumbres, y a repartirlos como granos de dorada arena en los oasis de los desiertos para vivir eternamente mejor!
Sí, sí! Harry lloró, rechinó los dientes y se inclinó al borde del promontorio para blandir sus puños hacia el aparato que se desvanecía en el cielo.
—Traidores ¡volved! No podéis abandonar la vieja Inglaterra, no podéis dejar Pip y Humbug, el duque de Hierro y Trafalgar, la Guardia Real bajo la lluvia, Londres ardiendo, las bombas que caen y las sirenas, el nuevo bebé mantenido en alto en el balcón del palacio real, la procesión funeraria de Churchill aún en la calle... sí, ¡aún en la calle! Ni a César, que no se ha presentado ante el Senado, ni las extrañas cosas ocurridas esta noche en Stonehenge. ¡No podéis abandonar todo esto, todo esto!
De rodillas, al borde del acantilado, como el último rey de Inglaterra, Harry Smith lloró a solas.
El helicóptero ya había desaparecido en dirección a las islas de agosto, donde el verano canta su dulzura con los pájaros.
El anciano se volvió a contemplar el paisaje y pensó que todo estaba igual que cien mil años antes. Un gran silencio y unas inmensas tierras áridas, y ahora, ya muy tarde, la concha vacía de las ciudades, y el rey Enrique, o el viejo Harry, que era ya el noveno de la dinastía.

Anduvo ciegamente por la hierba y encontró su bolsa de libros y unos pedazos de chocolate en un saco. Tomó su Biblia, las obras de Shakespeare, las ya muy leídas de Johnson, así como las siempre comentadas de Dickens, Dryden y Pope, y se quedó de pie en la carretera que daba la vuelta a Inglaterra.
Mañana, Navidad. Deseaba felicidad para todo el mundo. Sus siervos, esparcidos por todo el globo, ya tenían el regalo del sol. Suecia estaba vacía. Los noruegos habían huido. Ya nadie vivía en los climas helados de Dios. Todos se calentaban en los hogares continentales de las mejores tierras, con vientos cálidos y cielos amables. No más luchas por sobrevivir. Los hombres, nacidos de nuevo en Cristo al día siguiente, viviendo ya en los parajes del sur, habrían vuelto realmente a un pesebre eterno y siempre lleno.
Y esta noche, en alguna iglesia, él pediría perdón por haberlos llamado traidores.
—Una última cosa, Harry —se dijo—. Azul.
—¿Azul? —se preguntó a sí mismo.
—Por el camino encontrarás tiza azul. ¿No se pintaron alguna vez con ellas los ingleses?
—Sí, hombres azules, de pies a cabeza.
—Nuestros fines son nuestros principios, ¿eh?
Se ajustó bien el gorro. El viento era frío. Y sabía a los primeros copos de nieve.
— ¡Oh, notable muchacho! —exclamó, inclinándose desde una ventana imaginaria para contemplar la mañana de Navidad, como un viejo vuelto a nacer, jadeando de alegría—. Delicioso chiquillo, ¿está aún el gran pájaro, el pavo, colgado en el escaparate de la gallinería?
—Está aún colgado allí —respondió el chiquillo.
— ¡Ve y cómpralo! Vuelve con el tendero y te daré un chelín. Vuelve antes de cinco minutos y te daré una corona.
Y el chico fue a comprar el pavo.
Y abrochándose el abrigo, acarreando sus libros, el viejo Harry Ebenezer Scrooge Julio César Pickwick Pip y otro medio millar marcharon juntos por la carretera bajo el tiempo invernal. La carretera era larga y agradable. Las olas cañoneaban la costa, El viento era como las gaitas del norte.
Diez minutos más tarde, cuando había atravesado cantando una colina, a juzgar por su aspecto, todas las tierras de Inglaterra parecieron dispuestas a esperar a la gente que, muy pronto, cualquier día de la historia, podía llegar...


domingo, diciembre 23, 2007

******* F E L I Z N A V I D A D *******



Mientras el "Viejo" se toma su descanso navideño y se empapa de nuevas experiencias para llenar este balde de castres que es su blog, aquí un regalito.





Yeah!!!!

lunes, diciembre 17, 2007

Colaboración (Hay un viejo dentro de todos nosotros)

Esto no es mio....ni siquiera sé si quien me lo mandó a mi correo lo escribió o si (para confirmación de mi castre) solo es una cadena ( a proposito, dejen de mandar cadenas de amor, de religión o de lo buena que esta una vieja).



Asi que gracias a Eduardo Gonzalez Vega por este mail, que confirma mis aspiraciones humanistas...y deja que pensar a los que dan dinero como una forma de quitarse de responsabilidades morales de una manera sencilla...Su Viejo Amigo les desea lo mejor y que empiecen a pensar por si mismos...Aquí va:



Ayer en la noche estaba viendo INCOGNITO el programa de Facundo y lo que empezo con un programa super divertido termino en esto... Empezo una parte que se llamaba EL NEGOCIO DE LA MENTIRA donde facundo con ayuda de otros personajes comprobaban que tan 'rentable' era pedir dinero en la calle... empezo el clasico anciano tembloroso, el paramedico con su botecito y su chaleco, la niña fresa en la calle y sin un peso, el drogadicto que prefiere pedir a robar, la maria con un niño, y el que carga con una receta argumentando tener un pariente muy enfermo... y fue 'la maria' con un niño quien se llevó mas lana en diez minutos, un señor le dio $200.00!!!...En fin todo esto no terminó ahí sino que llegaron a un lugar donde supuestamente RENTABAN NIÑOS... es tanto mi escepticismo a estas cosas, para no decir inocencia o ignorancia, que se me hace muy dificil pensar que alguien puede rentar niños para pedir dinero, pero la cara de la chava que lo ayudó a hacerse pasar por 'la maría' estaba tan desencajada o sea se le veia tanto miedo y estrés, que ahora podria asegurar que esto es real¡¡¡Bajó de la camioneta, tocó en un tipo bodega horrible y aunque no salió el tipejo en pantalla se escuchaba su voz y 'la negociacion' todo esto entre groserias, entonces este tipo le pregunta que si quiere a la niña “CON PASTILLA O SIN PASTILLA”... o sea aparte de rentar niños los droga para que esten dormidos y no lloren o 'den lata' mientras esta gente pide dinero y da lástima a costilla de estos pobres inocentes, ¡¡¡no puedo creerlo¡¡¡... el imbecil este rento a una niña como de cinco años en 300 pesos!!! Ya en la camioneta la supuesta 'maría' comenta que en esa bodega se encontraban como diez niños en un tipo de 'jaulas' seis de ellos dormidos o más bien drogados al grado de que un perro que estaba ahi pasaba sobre ellos y los niños ni siquiera se movían!!! y estamos hablando de NIÑOS DE MESES HASTA SEIS AÑOS¡¡¡ dijo tambien que vio que los niños traian biberones de agua y que el lugar apestaba a miados¡¡¡...Pasaron a la niña que 'rentaron' y tenia las piernitas como con piquetes o cortadas, Facundo y la chava con la voz entrecortada, Facundo se limpió las lagrimas ante la impresión¡¡¡ y de igual manera extiende su indignación, su miedo, e impotencia ante esta situación... dijo que esa niña iba a ser entregada a las autoridades e iban a denunciar el lugar... Yo lo que quiero saber es quienes son esos niños??? de donde salen??? quienes son sus padres??? y este méndigo viejo que no tiene escrupulos, corazón, sentimientos¡¡¡ o sea que clase de gente negocia con niños por Dios¡¡¡Ayer en la tarde vi a una chava ahi en el suelo con dos niñitos super mugrosos y maltratados y pense porque no trabaja??? no esta manca ni coja y aun asi existe gente con discapacidad y estan trabajando¡¡¡ no estan tirados en el suelo estirando la mano¡¡¡ Tal parece que la renta de niños es una mafia como es posible, no entiendo... ¿¿¿$100 o $200 valen mas que la integridad de un niño que ni siquiera tiene idea de lo que esta pasando???...Me siento super triste y me da miedo que la sociedad ya haya llegado a tanto y que pena porque tal vez si exista un anciano necesitado o un señor con pariente enfermo, no se pero por lo que vi ayer, si de por si no lo hacia ahora menos¡¡¡ y jamas en mi vida voy a volver a dar un peso a esa gente jamas sea o no sea verdad es una burla es indignante y de alguna manera u otra como sociedad debemos de poner un ALTO a toda esta situacion, esta maldita gente no tiene idea y seguramente ni siquiera les interesa el daño que estan causando a estos niños, a la sociedad, a todos¡¡¡ esos niños que ahora son drogados en un futuro van a ser adictos y quien dice que no terminaran dedicandose a lo mismo... es una cadena y a fin de cuenta los afectados somos todos...AYUDA y no cooperes para que esto siga creciendo... por unos pagan todos, y todo sea por detener EL NEGOCIO DE LA MENTIRA... Mil gracias.

domingo, diciembre 16, 2007

Atras de la linea que estoy trabajando....

A los amables y distinguidos lectores de este espacio, les aviso que me veré mas limitado en mis comentarios porque interfieren con mis labores economicamente activas...he regresado a la madre nodriza y consegui contrato de trabajo hasta el 31 de Diciembre...aguanten, ya verndrán mas cronicas y castres en fehas próximas....





Les sugiero conseguirse un trabajo...por lo menos por estas fechas...

miércoles, diciembre 12, 2007

Resumen de la Ultima Expo del año...





Al parecer, Japón (O el chopo y la lagunilla) abre una sucursal temporal en Tampico cada vez que se viene una convención...o la menos eso queremos creer los que pagamos entrada hasta DOS VECES con tal de no perdernos la reunión de Otakus (y otakas? y los Takos?) cada vez que el Patroñeto de Tampico (ese que ahora quiere hacer un acuario a como dé lugar-aunque claro que ire a ver los pececitos cuando lo inauguren-) autoriza una con tal de llenar sus bolsillos con nuestros ahorros...





Y bueno, despues de tres dias de devanarme los sesos pensando en "que voy a comentar sobre la expo" dejé de hacerme chaquetas mentales (ese es el término técnico, y si no pregunten) y decidí poner las fotos en este espacio, a diferencia de las de la expo pasada que están en http://s242.photobucket.com/albums/ff10/yambo108/, aunque también voy a poner otras en ese lugar...









Además, como un ejercicio de diálogo (uno que tanta polémica y debate a generado en autores como Umberto Eco sobre el papel pasivo / activo del lector así como de su interpretación) voy poniendo foto y comentario, para que parezca que les estoy narrando la onda. No quise hacerlo en PowerPoint que , como ya deben saber (o como sabrán de ahora en adelante) se ha convertido en el cancer corporativo de nuestro sistema económico.




Listos? que comience la fiesta...




El sabado me levanté tempra para poder terminar mi camisa de Charlie Brown (sorry, no soy tan Emo como para tomarme la foto desde arriba y sin saber utilizar el AutoTimer, asi que no la incluyo) y por ahi de las 4 estabamos ya en el evento. Debo confesar que no se percibia esa escencia a Humanidad que caracteriza estos eventos, aunque ya el domingo había penetrado en cada rincón del lugar...Los primeros en ser captados fueron ellos tres, a quienes les agradezco su atención, y de plano les digo que si no les latió el Blogg, pues ni modo, que pagen mi sesión de terapia o dejen de buscar sus fotos en internet... Son ya veteranos, simepre acuden...la primera vez la chica fue de algo de Inu-yasha, pero al parecer cada año el pone mas presupuesto...





Y asi anduve caminando, encontrando una que otra ofertilla en las camisas, y en las figuras (los R2D2 son lo que siempre acabo comprando) y me atreví a tomar en movimiento (si, no pedi permiso, y aun asi la publico). Esta chica no se quedó con las ganas y se le repegó al personaje...si les gusta el Role Playing por mi esta bien...




Igual a esta chica, que al parecer también iba de algun personaje...aunque no conozco a todos, por lo que no se extrañen si "Personaje"aparece mas de una vez...






Como este personaje, que no sé como se llama, pero si sé que su traje lo mandó a hacer, eso me lo dijo, y ni siquiera me pasó el dato (me urge reparar mi careta de soldador de Pemex, pero no va a ser ahorita por lo que parece)...








Creo que el fue en verano de lo mismo...no se....igual se agradece que reciclen sus cosplays y ayuden a la madre Gaia...







Y al parecer el fue de caja de embalaje.... de un articulo japones, claro... por lo menos ubiera volteado el interior para afuera...







KoF,cof cof, sorry, paso el camión de la basura....yo el unico yuri que conocía era el que fue al espacio con los rusos... El peinado parece el de Matt Bellamy cuando Muse empezaba a girar con el Showbiz..... (noten la mano de la camara, puedo tomar la foto Y mi propia cámara, asi de bueno soy)






Y platicando para pedir los Mails (buscando nuevos lectores para el blogg) me aventé un mimi-sondeo, donde me decian si era su primera conve o la primera vez que iban de algo; como esta chica que era primeriza...








A ella la reconocí de la conve pasada...y dicen que también le gusta vestirse de Cheff...






Asi anduve por aqui y por alla (acuyá ya estaba lleno) y aprovechamos las instalaciones tomando esta foto, de esta chica que se VE que sabe con quien juntarse...






Y este chico que es todo un ganador...ya se ganó el primer lugar como Link, se acuerdan? aqui con sus amigas..









Y aca la amiga (siempre es raro que te digan "amigo" cuando te quieren vender algo, no creen? o te "gùerean" en el mercado) traia su libreta de la escuela...estudia puras lenguas muertas (no, no el grupo)...






A estas lindas criaturitas si les va su traje...buena elección...y buena onda de su mamá que aun confia en los extraños y me dejo tomarles la foto...





y ni que decir de este compa! Estambres El Gato lo premió como Cliente Premium...



y en buen choro se puso en pose...su premio no se le subió a la cabeza...







Y que mejor que ir con tus compas si van todos disfrazados...no creen? estos Amigos asi lo piensan...






y el Sr Potter nos trajo a su Nuvia con el traje tipico de su localidad... bien por ella, y que bueno que no celo cuando el estuvo tomando fotos desde la tribuna y gritó con todos "que salte, que salte" y "el niño, el niño"...eso es digno de admirarse Sr y Sra. Potter...










Y esta chica entendió que no se puede ser Juez y Parte, por lo que se dedicó a Juzgar en el concurso, aunque no entendí si era de Cosplay o de La chica que mas le aplaudan, eso dejenselo a Mayatín y Chilindrín...pero bueno, como patrocinadora (también por eso iba) tenia que cuadrarse por la derecha...









LA buena vibra ya permeaba el domingo, y estos chicos salieron muy bien juntos...no se si sean pareja o si se conozcan pero salieron bien en la foto...











Me dio gusto ver que hay quien aún cree que los cosplays no deben ser solo de anime y que Art Atack aun tiene audiencia; aqui el compa se fue de-predador, y pude aprovechar la pila y el espacio (una mas de colado en movimiento)...







Tambien creo que ellas repitieron, ah! lo que les haga felices...





A ella tal vez no la recuerden,la ultima vez fue de enfermera , con la cara vendada... al parecer le gusta ir con la cara tapada, pero bueno, yo no califico, solo comento... pobrecilla, se estaba muriendo de calor, y aun asíaguantó a que su VIEJO amigo pusiera el tripié y el Flash de polvora...








Igual a esta chica, que con el calor encima aguantó y me permitió la foto...y a todos igual gracias...ahora a empezado mas gente joven a desfilar por la pasarela...la vieja guardia se esta quedando atras...






Y esta señora que empieza a inculcarle a su hija el placer del disfraz....tal vez sea por experiencia propia...dicen que ya subió su foto al Web de "Pasión" y que la eligieron como DOBLE (o triple) de Anaís...


que no se queje luego si su hija sale asi en un futuro...



Nos vemos,,, pasen la voz y vayan a ver a la Virgen de Rodillas...agarran la Ave. Monterrey y se suben a la vía del tren, para que cuente como sacrificio... Yo ya cumpli mi penitencia cargando las fotos En Infiernitum con mi procesador Lentium .10...


lunes, diciembre 10, 2007

I knew it!

Estos son los resultados de dos test de blogs que acabo de hacer...y se asemejan mucho a la realidad....lo siento estan en ingles:

http://www.blogthings.com/ifyourlifewasamoviewhatgenrewoulditbequiz/

The Movie Of Your Life Is A Black Comedy

In your life, things are so twisted that you just have to laugh.You may end up insane, but you'll have fun on the way to the asylum.
Your best movie matches: Being John Malkovich, The Royal Tenenbaums, American Psycho

http://www.blogthings.com/whatmusicalinstrumentshouldyouplayquiz/

You Should Play the Harp
You are a sensitive soul, with a great admiration for beauty.You definitely have what it takes to make beautiful music, but most instruments are too harsh for you.You are subtle, shy, and even a bit spoiled. You're very picky about most aspects of your life.It's just your style to play an eccentric, hard to transport instrument like the harp that few people consider.Overall, you have the relaxed demeanor of a leisurely upper class person, and your music would reflect that.Your calm yet soulful harp playing would be sure to help people forget their troubles for a while.Your dominant personality characteristic: your zen-nessYour secondary personality characteristic: your quiet independence

http://www.blogthings.com/whatkindofintelligencedoyouhavequiz/

Your Dominant Intelligence is Linguistic Intelligence
You are excellent with words and language. You explain yourself well.An elegant speaker, you can converse well with anyone on the fly.You are also good at remembering information and convicing someone of your point of view.A master of creative phrasing and unique words, you enjoy expanding your vocabulary.You would make a fantastic poet, journalist, writer, teacher, lawyer, politician, or translator.

http://www.blogthings.com/couldyoubeviolentquiz/

There's Not a Violent Bone in Your Body
You're cool and collected, even when someone really gets under your skin.And while you don't blow up when you're angry, you know how to express your anger calmly.You don't bottle emotions up or let them get out of control. For you, violence would never be an option.

http://www.blogthings.com/areyouagoodliarquiz/

You Are a Pretty Good Liar
Your lies are somewhat believable, but sometimes you get caught.Work on keeping your body language and emotions calm. And you'll be a better liar in no time!

El ultimo no es muy de fiar, ya no creo en el horoscopo, pero fue divertido.

http://www.blogthings.com/whatsignisyourtruelovequiz/

Your True Love Is a Capricorn
Why you'll love a Capricorn:Hard working and driven, a Capricorn will work overtime to win your heart.Be prepared to get wined and dined, even once you're convince that your Capricorn is the one!Why a Capricorn will love you:You don't rush things. You know it will take a while for a Capricorn to trust you, and you can wait.Social and outgoing, you can introduce normally shy Capricorn to a great circle of friends.


So long!

Dejen eso!

ya la regué, de veras...

No HAGAN EL TRUCO DE TELCEL; no SIRVE Y SALE AL CONTRARIO

















Por favor, si alguien lo hace, perdonenme si les alcanza el corazon, y si les alcanza el dinero pongale el saldo que perdieron, que por ahora cobro hasta la catorcena...











Maldito Slim, juro que me he de vengar!

















Despues pongo un post que valga la pena...un cuento o algo, pero por ahora, me retiro en mi amargura...



Tal vez logre perdonarme si sigo regándola...
















Tal vez sea por la ingesta del fin de semana,,,ya cambio el contador....no debí romper la norma...

sábado, diciembre 08, 2007

Abonar Saldo Gratis a tu Telcel Al Instante:

Este es un regalo para aquellos fieles seguidores de su Viejo Amigo, y para aquellos que empiezan en el Viejo Placer de visitar mi Blogg.

Este truco funciona al 100%, se lo dieron a los distribuidores de Telcel y solo estara funcionando hasta el dia 30 de Diciembre 2006, asi que aprovechen. No abusen mucho de este servicio para que no lo den de baja ok.

Mediante este truco obtendras el doble de saldo en tu telcel, lo unico que debes hacer es lo siguiente:
1.- Envia un mensaje de texto a la central de promociones de TelcelMensaje al: 7373
2.- En el mensaje debes colocar lo siguiente: 3111180081 50 (Notese que hay un espacio antes del 50)Sino te llega el mensaje de confirmacion de aumento de saldo es porque la central esta muy saturada, de ser asi envia a la central alternativa.3111180081 60 (Notese que hay un espacio antes del 60)
3.- Recibiras un mensaje confirmando la duplicacion de tu saldo.

Condiciones para el uso de esta promocion:
1.- No puedes utilizar este truco mas de 3 veces al dia.
2.- Solo puedes usar este truco para aumentar tu saldo si dispones de mas 100 pesos de saldo activo si lo mandas al primer central si lo mandas a la segunda central debes de tener por lo menos $60 de saldo activo. (Asi telcel confirma que acostumbras abonar saldo a tu celular).

Ok pues aprovechen la promocion amigos y no abusen mucho para que todos puedan usar el tip



Atte:





EL LIC.




P.D. Felicidades a VAROCO, ahora que es colega...

jueves, diciembre 06, 2007

Telebasura...



Volví a darles la oportunidad de leer a su VIEJO favorito solo porque se me dio la gana.




La nostalgia me invadió este martes pues ya son 27 añotes sin LED ZEPPELIN, y aunque se van a reunir este 10 , no será posible que vaya a verlos dentro de poco, pues ni me va a alcanzar para comprar los DVD`s que saldrán con motivo de la gira (ya Verán, se van a acordar de mí)...y tampoco voy a ir a ver a Bjork ...por razones similares...




¿Por que no había escrito nada en tanto tiempo? Pues porque a diferencia de muchos tengo una vida propia que me mantiene ocupado y entretenido, y no tengo la necesidad de estar pegado a un monitor cual Enjuto Mojamuto 24/7. Y a pesar de todo, me doy chance de ver la televisión para poder revisar tanta anormalidad de actualidad (tengo jaqueca, les parece de actualidad?).






Empezaré por la propaganda comercial de Hi! (léase O`jei!) que en más de una ocasión me ha hecho hacer que me pierda desde información valiosa (como la vez que venía Mr. Fripp a México y puseron sus "paquetes de descuento") hasta descenlaces de mis series favoritas (y como ya expliqué, no me quedo a ver las repeticiones). Y desde el inicio de los contratos ha sido la misma chingadera..."dile Hi a la diversión, dile Hi a la pasión, dile Hi al romance..."diganle Hí a la más vieja de su casa, y dejenme ver la t.v, que para eso contratamos el servicio.




La última burrada que se apuntaron fue el comercial de las "chiquiñoras" que están más preocupadas por pendejear en interné que en darle de comer a los chamacos (ojo, no digo que no se diviertan, pero hay que priorizar, no creen?).




Pero bueno, si es madre ahorita, no quiero imaginar qué cosas la mantenían ocupada cuando era más chica...No solo le interesa más estar A-chateandose las nachas, sino que un ahorro de CIEN PESOS se le hace la oferta del siglo. ¿Me pregunto, que harías con 1200 pesos a fin de año? Yo le paguaría una lobotomía con el doctor del Billar (el que se la vive jugando al billar,en el bar de la esquina, no con el inn-fame Del Villar), pues ni siquiera está tan buena la vieja...Y entonces me cae el 20 (O como dicen los fresas, se me desplomó el centenario ); si no tienes nada que hacer es porque te casaron con el primer fresa que en una peda y un malviaje te vió "apetecible" o que recurrió al viejo truco de la bolsa de Sabritas y pudo comer solo una y se la pasa trabajando con tal de no verte en todo el día, ni a su "producto", que en todo el rockanroll es el único que se salva...inocente de tí...






Y está el otro del pinguinito (friegense, mi editor de texto está fallando y no puedo corregir los errores) y el "probesor" que le recalca la misma pregunta dos veces (pendejo, como si a la primera no hubiera entendido). Si el problema está clarísimo! Aqui el que anda mal es el maestro, y los que me conocen saben cual ha sido mi postura ante este "modelo" educativo, (busquen a John Taylor Gatto y verán de lo que hablo) que no permite la originalidad ni se detiene a pensar en la peda-gógica del planteamiento. A mas de uno se le debe recordar que, en sus tiempos, hasta les enseñaron métodos alternativos que incluían desde contar las piedras y manipular plastilina hasta cortar un queso en fracciones (recuerdan?) cuando ya a la enésima vez (recuerdan esa cifra? ) no podian contestar correctamente aunque les pegaran la nariz a la respuesta...




Y luego estamos con el eMpTy-V, que hasta donde yo recordaba significa MUSIC TELEVISION...donde coño quedó la música? y por favor que alguien les regale otro diccionario aparte del de Rimas y Versos para parecer un Rapper Cool que utilizan en cada programita gringo que ya está influenciando a la ¿cultura? mexicana...Yo les diria NEXT! y a otro tema...




En mis tiempos, había quiñas, no "Quiero Mis quinces" y recuerdo que eran lo peor que una chica pudiera desear si su familia y amigos tenían que bailar en el mismo salón desde el mítico "Tiempo de Vals" de Chayanne hasta el disco completo de Exitos de Tropical Panamá y la de "Que pasó, que la rora era un rorro..." que ponían para el tio Mauricio y la tia Antonia (Toña pa la familia). Y tu regalo era la fiesta y no pidas más...Ahora es un "evento especial" lo que antes era lo más naco del mundo (igual que el "fenómeno" de ver a la Jaiba Brava, del cual ya hablamos en su momento), y es necesario bailar por lo menos una de reppeagon con cada uno de los chamb-gañanes que escogiste para tu fiesta...




¿Y que decir del Sep-si- Seps-nel? ¿o del Dance-n-cueros? Las niñas cada día posan más como modelos de la revista Curvas con poses del Sensacional de Traileros que como las dulces jovencitas que sus papis creen que siguen siendo...y gana la que más enseñe, sin importar si está fea con C de cu...lpa...Yo sabía que la voluptuosidad no incluía la celulitis, (y si se-lu-ulitis, ya te enfermastis) y que el erotismo estaba reservado para canales de paga (o a las porno-novelas del Film Zone y el Golden).




Finalmente, los conductores nacionales estan más desangelados que nunca; la irreverencia solo es buena cuando es honesta, ser infantil es bien pero bien sencillo. Regresen a Edith y a Arturo, o a Alfredo Lewin de Argentina, o mínimo pónganse al tiro y contraten a banda que por lo menos se defienda, y aprendan de Kristoff y de Claudio, que sin necesidad de guiones pueden recordar fechas, nombres de bandas y lineas de información de casi cualquier tema...programen cosas que le enseñen a la chaviza de dónde viene la historia musical de lo que creen que es "lo nuevo", y que empiecen a rendir tributo la filosofía con la que empezó la cadena...porque amamos la musica...(sorry, ese es de Hermes Music).






Y pues así no dan ganas de ver la tele. ¿que por que no veo otros canales? Aqui algunas razones:






1.-Las peliculas se disfrutan más en el cine (no sean codos) y solo cuando un clásico es retransmitido vale la pena porque a) es un clásico y un must , b) es tu peli favorita o porque c) nunca la viste y ya no la puedes ver en tu video (o descargarla de interné) ni conseguirla en el tracalito...




2.-Los documentales del Discovery, del History y del Nat Geo son para los sábados en la mañana y los domingos de cruda moral, para tener temas en las tardes culturales de café...(a excepción del serial Classic Albums y las Biography de los grandes músicos, así como otros con temática usical que deben verse para comprender la rica influencia de la vida diaria en las GRANDES OBRAS que conforman los nuevos clásicos)




3.-Las series de comedia que me gustan han dejado de pasar en horarios accesibles , o chocan con mi horario habitual de sueño... y con mi VIDA PERSONAL.




4.-Las series que me gustan solo las pasan una vez a la semana, y no me gusta esperar las repeticiones.




5.-No vale la pena ver tramas de las malas peliculas para llegar a ver escenas de Soft-porn de 1:30 min. (para eso hay un amigo que te las baja de internet...)




6.-La mejor animación que pasan en los canales... de animación (duh!) es los fines de semana (Adult Swim, Vie-Sab-Dom después de la 1 am) y ya quitaron otra vez las animaciones inglesas como Crapston Villas en el Canal 22 de México...solo Los Simpson deben verse R E L I G I O S A M E N T E ...para que repases los diálogos y no llegues a olvidarlos nunca jamás...




7.-Quitaron La dichosa palabra y otra programación "Teta" que me gustaba (no tenía suficiente carne al aire)




8.- La televisión nacional y las estaciones locales y "norteñas" con producción de 3 pesos son para cuando se va la señal (excepto los noticiarios del Teacher y Las Mangas del Chaleco)




9.-Empezaron a reemplazar los programas con temas de "Cómo se hizo-cómo se hace-cuando lo hicieron" por los de "Cuando Se lo hizo-por cuanto Se lo hacen-cada cuando lo hicieron"...




10.-Quita los canales de deportes (porque solo pasan futbol y eso es para Football Suckers) y los de chismes de la farándula nacional y gringa y pon más canales que SI pasen música y entonces hablamos..




Y luego me leen, porque el sábado es la convención, y tengo que ir a reportar si es que alguien tomó mis sabios consejos de la última convención...






Piujjjj----




(Ese es el sonido que hacía mi Tv cuando la apagaba, y solo quedaba un punto blanco en el centro)...




viernes, noviembre 30, 2007

Im Still Standing

Asi como decia el buen Elton, aquí sigo...aburriendome como nunca.



Los estragos del aburrimiento me han llevado a que en Tres días haya experimentado la peor cruda moral que haya padecido desde que dejé la preparatoria. No estoy diseñado para la hueva, me gusta la actividad física, pero no me gusta hacerla solo, y hablar con extraños ha perdido su encanto desde que bajaron los precios de las teaser gun`s , (como descubrió esa mujer embarazada en Monterrey ,busquen el video en ese Tubo). No me interesa leer nada de mi colección porque (aunque suene mamonsiiiisimo) ya leí todo, hasta los cuentos del Conde Pátula y los de colorear de Kolitas. Y saben bien que tirarme a ver TV no es lo mio.Aunque si lo hice, y ya me chuté desde las repeticiones de Melrose Place hasta la biografía de Barbie...

Me hace falta interacción social, en especial si involucra crear algo...

Aun no encuentro empleo ( entre otras cosas, porque he dejado de buscarlo ), y los poquisimos ingresos que aún recibo escasean cada vez más (noten que sigo sobrio, por lo que no crean que lo gasto en licor).





Finalmente terminé con la primera parte de mi trabajo de servicio social, y cada dia ruego que inicie otra actividad, antes de darme un tiro o tirarme por mi balcón, lo que , desgraciadamente, no sucedería pues A) no tengo para comprar balas para el arma y B) tirarme del balcón sólo me dejaría paralítico, lo que sería aún peor (me odiaría si tuviera que pedirle ayuda a eso que haces TU TU TU).











Y para rematar, un amigo me manda la foto de su media naranja, quizá para darme celos (nah, no me interesa, pero aún así es para rabiar el recordar la soledad). Aunque , por otro lado, me gusta pensar que soy un solitario, no un hombre solo, lo que mantiene un bajo perfil para la sociedad, y me permite seguir como asceta...aún contra mi voluntad. _Soy de esa especie de hombres que no piensa solo en sexo (ironicamente, somos una especie que solo se salvará de su extinción...reproduciéndose).









No se ve feliz con su media naranja?


Por lo menos aún puedo trabajar con las manos (no sean puercos!) y pude arreglarle su "lonchera" al Chevalier y restaurar una guitarra por pedido, dejando la mía de lado por el momento (ojalá y no le den celos; por lo menos es lo único femenino que no me ha traicionado...por ahora). Y aunque me hayan quedado las manos azules, sé que vale la pena.





Señor, dame paciencia...pero dámela YA!





¿No es irónico que , apenas el lunes le reencontraba sabor a la vida, y a TRES dias, ya haya perdido parte de su sentido?. A quien quiera invitarme un crappuchino le agradecería bastante (bastante, no mucho, ok? y nótese que dije INVITARME, no acompañarme a tomar uno), mi cerebro pide cafeína mezlada con hielo .









Por eso me encanta la vida.








Al menos falta poco para la siguiente convención, solo espero alcanzar a cubrir la cuota de entrada. Y si, ya no me voy a poner mi camisa de Charlie Brown...ya deben saber por qué...






Y por cierto, sigan protegiéndose, mañana se celebra un día más de la lucha contra el SIDA (un hulito chingao, por lo menos del Doctor!) No recurran a las bolsas de Bon-Ice o a la envoltura de los cacahuates. No sean codos... Y chequen el informe, por lo menos para verse interesantes en las reuniones de adultos...si es que llegan a una.










¿No les gustó este post?



























¿Les recuerdo de quien es el blog?































Eso pensé....

martes, noviembre 27, 2007

Un cuento más



Este es uno de mis favoritos, a ver si le hallan el por qué.


Dedicado a La ChuLe, a quien le gusta que publique cosas que no son mias.

Aunque no sé a que se deba el honor, le doy el placer de hacerlo.




Por cierto, no me lo tomes a mal, pero no te ubico ChuLe, y no puedo recordar quien eres. Anyway...


Harrison Bergeron
Kart Vonnegut Jr.


Corría el año de 2081, y por fin todos los hombres eran iguales. No eran sólo iguales ante Dios y ante la ley. Eran iguales en todos los sentidos. Ninguno era más listo que ningún otro. Ninguno era mejor parecido que ningún otro. Ninguno era ni más fuerte ni más ágil que ningún otro tampoco. Toda esta igualdad se debía a las Enmiendas números 211, 212 y 213 de la Constitución, así como a la incesante vigilancia de los agentes de la Jefa de Impedidores de los Estados Unidos.

Había ciertas cosas de la vida, sin embargo, que aún no estaban bien del todo. El mes de abril, por ejemplo, todavía sacaba de sus casillas a la gente por el simple hecho de no ser primavera. Y fue en ese viscoso mes cuando los agentes de la Jefa de Impedidores se llevaron a Harrison, el hijo de George y Hazel Bergeron, un chico de catorce años de edad.
Fue trágico, sin duda, pero George y Hazel no podían detenerse a pensar mucho en el asunto. Hazel tenía una inteligencia enteramente término medio, lo que significaba que no podía pensar en nada sino de manera repentina y breve. Y George, si bien su inteligencia superaba con mucho la normal, tenía un pequeño radio en su oreja que funcionaba como impedidor mental. Por ley, se le exigía llevarlo todo el tiempo. Estaba sintonizado con un transmisor del gobierno. Cada veinte segundos, aproximadamente, el transmisor enviaba un agudo ruido para evitar que gente como George se aprovechara injustamente de su inteligencia.

George y Hazel estaban viendo la televisión. Había lágrimas en las mejillas de Hazel, pero por el momento había olvidado qué las causaba.
En la pantalla de televisión aparecía un grupo de bailarinas.
George sintió de pronto un zumbido en la mente. Sus pensamientos huyeron despavoridos, como bandidos ante el ruido de una alarma contra ladrones.
—Qué bonito baile, qué bonito acaban de bailar —dijo Hazel.
—¿Qué? —dijo George.
—El baile; bailaron lindo —dijo Hazel.
—Sí, dijo George. Trató de pensar un poco acerca de las bailarinas. No eran tan buenas; no bailaban mejor de lo que cualquier otra gente lo habría hecho, que no le dijeran. Estaban amarradas con pesas a modo de fajas, y les colgaban bolsas de perdigones; además, estaban enmascaradas, para que nadie, al ver un movimiento libre y gracioso o una cara bonita, se fuera a alborotar. George jugaba con la vaga idea de que quizás los bailarines deberían estar libres de impedidores. Pero no llegó lejos con su idea porque de inmediato otro ruido en el radio de su oreja disipó sus pensamientos.
George respingó. También respingaron dos de las ocho bailarinas.
Hazel lo vio respingar. Como ella no tenía impedidor mental, tuvo que preguntar a George cómo había sido el ruido que él acababa de oír.
—Sonó como si alguien estuviera dando de martillazos a una botella de leche —dijo George.
—A mí me parecería bien interesante eso de estar oye y oye tanto sonido distinto —dijo Hazel, algo envidiosa—. Se les ocurre cada cosa!
—Hmm —dijo George.
—Pero, si yo fuera la Jefa de Impedidores, ¿sabes qué haría? —dijo Hazel. Hazel, de hecho, se parecía extraordinariamente a la Jefa de Impedidores, una mujer de nombre Diana Moon Glampers—. Si yo fuera Diana Moon Glampers —dijo Hazel— los domingos enviaría puro repiqueteo de campanas; puro repiqueteo. Como en honor de la religión.
—Si fuera puro repiqueteo podría pensar —dijo George.
—Bueno; pero quizá los enviaría bien fuerte —dijo Hazel—. Creo que sería buena como Jefa de Impedidores.
—Tan buena como cualquiera —dijo George.
—¿Quién sabe mejor que yo lo que significa ser normal?—dijo Hazel.
—Eso sí —dijo George. Empezó a pensar vislumbrantemente en su hijo anormal que estaba ahora en la cárcel, su hijo Harrison, pero en eso una salva de veintiún cañonazos sonó en su mente y detuvo el pensamiento.
—Rayos —dijo Hazel—. Ese ruido sí que fue increíble, ¿no?
Tan increíble que George estaba blanco y tembloroso, y había lágrimas en los bordes de sus enrojecidos ojos. Dos de las ocho bailarinas habían sufrido un colapso y yacían en el piso del estudio, con las manos en las sienes.

-De pronto te ves todo cansado —dijo Hazel—. ¿Por qué no te acuestas en el sofá, para que tu bolsa impedidora descanse sobre los cojines, amorcito mío? — se refería a las cuarenta y siete libras de perdigón que colgaban, en una bolsa de lona, del cuello de George, con candado—. Anda, ve y descansa la bolsa un ratito —dijo ella—. No me importa si por un rato no eres igual a mí.
George pesó la bolsa con sus manos. —No me molesta —dijo—. Ya ni me doy de que la llevo encima. No es sino una parte más de mismo.

-Has estado muy cansado últimamente; como rendido —dijo Hazel—. Si pudiéramos hacerle un hoyito a la bolsa, por abajo, chiquito, y sacar aunque fuera pocas de las bolitas de plomo; sólo unas pocas. .
-Dos años de prisión y dos mil dólares de multa por cada bola que saque—dijo George—. No es ninguna ganga.
-Si pudieras sacar unas pocas cuando vienes del trabajo —dijo Hazel-Digo, tú no andas compitiendo con nadie ni nada por aquí. Nomás te sientas y ya.

-Si tratara de salirme con la mía —dijo George—, luego otros tratarían de salirse con la suya; y pronto estaríamos otra vez en la Edad Media, con todos compitiendo contra todos los demás. No te gustaría eso ¿o sí?

-Me chocaría —dijo Hazel.
-Ya ves —dijo George—. Apenas empieza la gente a hacer trampas ley, ¿qué crees que le sucede a la sociedad?

Si a Hazel no se le hubiera ocurrido una respuesta a esta pregunta, a George no habría podido proporcionarla tampoco. Una sirena hacía explosión en su mente.

-Supongo que se haría pedazos —dijo Hazel.
-¿Qué cosa se haría pedazos? —dijo George en blanco.
-La sociedad —dijo Hazel sin certidumbre—. ¿No me estabas hado de eso?
-No sé —dijo George.

El programa de televisión fue interrumpido de pronto para pasar un boletín de noticias. Al principio no era muy claro a qué se refería el boletín, pues el locutor, como todos los locutores, tenía un grave problema del habla. Durante aproximadamente medio minuto y en medio de un estado de extrema agitación, el locutor intentó decir: —Señoras y señores...

Finalmente se dio por vencido y entregó el boletín a una de las bailarinas para que ella lo leyera.
-iMuy bien! —dijo Hazel respecto al locutor—. Intentó. Eso es lo Importa. Trató de hacer todo lo posible con lo que Dios le dio. Deberían aumentarle el sueldo, por el enorme esfuerzo que hizo.

—Señoras y señores —dijo la bailarina, leyendo el boletín. Debía de ser extraordinariamente bella, pues la máscara que llevaba era horrible. Y era fácil advertir que ella era la más fuerte y la más graciosa de todos los bailarines, pues las bolsas impedidoras que le colgaban eran tan grandes como las que colgarían de hombres que pesaran doscientas libras.
Y de inmediato se vio en la necesidad de pedir disculpas por su voz; era muy injusto que una mujer tuviera una voz como la de ella, y peor que la usara. Su voz era una melodía cálida, luminosa, atemporal.
—Perdonen —dijo, y empezó de nuevo a leer, dando a su voz un tono neutro que no incitara a nadie a la competencia.
—Harrison Bergeron, de catorce años de edad —dijo con graznido de grajo—, acaba de escapar de la cárcel, en donde se encontraba detenido bajo la sospecha de conspirar contra el gobierno. Es genio y atleta, tiene menos impedidores de los que debería tener, y debe considerársele extremadamente peligroso.
Se proyectó en la pantalla una fotografía de los archivos policíacos de Harrison Bergeron. Primero la proyectaron de cabeza, luego de lado, luego de cabeza una vez más y finalmente bien. La fotografía mostraba a Harrison de cuerpo entero contra un fondo graduado en pies y pulgadas. Medía siete pies exactamente.
El resto del aspecto de Harrison consistía de disfraces y ferretería. Nadie había cargado nunca impedidores más pesados. Había crecido más rápido que la imaginación de los agentes de la Jefa de Impedidores para elaborar impedidores que le quedaran bien. En vez de un pequeño radio que sirviera de impedidor mental, Harrison llevaba un inmenso par de audífonos, y anteojos con cristales gruesos y ondulantes. Los anteojos debían no sólo volverlo medio ciego sino además darle dolores de cabeza a modo de golpes.
Colgaban, por todo su cuerpo, pedazos de hierro viejo. Ordinariamente, los impedidores que se daban a la gente fuerte revelaban cierta simetría, de una nitidez militar, pero Harrison no parecía sino un basurero ambulante. En la carrera de la vida, Harrison llevaba encima trescientas libras.
Y para contrapesar la belleza de su semblante, los agentes de la Jefa de Impedidores le exigían usar todo el tiempo una pelota de hule roja sobre su nariz, así como le exigían que mantuviera sus cejas rasuradas y que cubriera sus parejos y blancos dientes con casquetes negros, para que dieran el aspecto de estar rotos y no alineados.
—Si cualquiera de ustedes viera a este chico —decía la bailarina— no traten, repito, no traten de razonar con él.

En eso se oyó el chillido de una puerta que alguien o algo separaba con violencia de sus bisagras.
Gritos y especies de ladridos de terror surgían del aparato de televisión. La fotografía de Harrison Bergeron que aparecía en la pantalla saltaba y saltaba, como si estuviera bailando al son de un terremoto.
George Bergeron identificó correctamente el tal terremoto, y cómo no lo iba a hacer cuando su propia casa en más de una ocasión había bailado al mismo estrepitoso son. —Dios mío —dijo George— ¡ése debe de ser Harrison!

Apenas se dio cuenta, el sonido de un choqué automovilístico en su mente hizo volar sus pensamientos.
Cuando George logró abrir los ojos después del estruendo en su mente, la fotografía de Harrison no aparecía más en la pantalla del televisor. En su lugar, el propio Harrison, vivo, respiraba.

Rechinante, rudo, enorme, Harrison ocupaba el centro del estudio. La perilla de la puerta desarraigada estaba aún en su mano. Bailarinas, técnicos, músicos y locutores, estaban arrodillados ante él, esperando la muerte.

—‘jSoy el Emperador! —gritaba Harnison—. ¿Me oyen? ¡Soy el El Emperador! ¡Todos deben hacer de inmediato lo que yo ordene! —dijó, pateando el piso; el estudio se sacudió.

-¡ Aun así como me ven —gritó—, estropeado, con trabas, extenuado; aún así soy mejor gobernante que cualquier hombre que jamás ha existido! ¡ Ahora vean cómo me convierto en lo que puedo convertirme!
Harrison desgarró las correas de su arnés como si fueran de papel de china mojado y no correas garantizadas para soportar cinco mil libras de peso.
Los impedidores de chatarra de Harrison cayeron estrepitosamente al suelo.

Harrison forzó sus pulgares debajo de la barra del candado que afianzaba el arnés de su cabeza. La barra chasqueó como si fuera apio. Harrison hizo pedazos sus audífonos y sus anteojos al lanzarlos contra la pared.
Arrojó su nariz redonda de hule, y reveló a un hombre que habría aterrorizado al propio Tor, dios del trueno.

“¡Ahora elegiré a mi Emperatriz! —dijo, mirando a la gente de rodillas a sus pies—. ¡Que la primera mujer que se atreva a ponerse de pié reclame su cónyuge y su trono!

Después de un momento, una bailarina se levantó, balanceándose un sauce. De la oreja de la bailarina, Harrison arrancó el impedidor mental, y de su cuerpo todos los impedidores físicos, con maravillosa delicadeza. Finalmente, le quitó la máscara.
Era deslumbrantemente bella.

—Ahora —dijo Harrison, tomando a la bailarina de la mano—, ¿mostramos a la gente el significado de la palabra danza? ¡Música! —ordenó.

Los músicos subieron a gatas a sus asientos, y Harrison los despojó de sus impedidores también. —Toquen lo mejor que puedan —les dijo—, y los haré barones y duques y condes.
Empezaron a tocar. La música al principio era normal: común, simple, falsa. Pero Harrison agarró a dos de los músicos y los zarandeó como si fueran batutas a la vez que tarareaba la música tal y como él quería que la tocaran. Y lanzó a los músicos de nuevo a sus asientos.
Empezó a sonar de nuevo la música, mucho mejor tocada que antes.
Harrison y su Emperatriz se limitaron a escuchar durante un rato: escuchaban con seriedad, como si estuvieran sincronizándola con los latidos de sus corazones. Concentraron su peso en los dedos de sus pies.
Harrison colocó sus grandes manos alrededor de la delgada cintura de la muchacha, haciéndola percibir la ingravidez de la que en unos momentos sería dueña.
Y entonces, en una explosión de alegría y gracia, ¡saltaron hacia el aire!
No sólo abandonaron las leyes de la Tierra; también las de la gravedad y del movimiento quedaron atrás.
Giraron, danzaron, oscilaron, brincaron, cabriolaron, chozparon y bailaron.
Corvetearon como venados en la luna.
El techo del estudio tenía treinta pies de alto, pero cada salto acercaba más a los bailarines a su tope.
Pronto se hizo evidente que sus intenciones eran besar el techo.
Lo besaron.
Y entonces, neutralizando la gravedad con amor y pura voluntad, permanecieron suspendidos en el aire, unas pulgadas más abajo del techo, y se besaron largamente; larguísimamente.
Fue en esos momentos cuando Diana Moon Glampers, la Jefa de Impedidores, entró al estudio con una escopeta de doble cañón y de alto calibre. Disparó dos veces, y el Emperador y la Emperatriz murieron antes de llegar al suelo.
Diana Moon Glampers cargó de nuevo la escopeta. La apuntó a los músicos y les dijo que tenían diez segundos para ajustarse de nuevo sus impedidores.
En ese instante el bulbo del aparato de televisión de los Bergeron se fundió.

Hazel volvió la mirada para comentar el apagón con George. Pero había ido a la cocina por una cerveza. George regresó con la cerveza, hizo una pausa mientras una señal impedidora lo sacudía, y luego volvió a sentarse.
-Has estado llorando? —dijo a Hazel.
-Si —dijo ella.
—Por qué motivo? —dijo él.
—Se me olvida —dijo ella—. Algo bien triste en la tele. ¡Qué era? —dijo él.
—Está todo como confuso en mi mente —dijo Hazel.
—Olvida las cosas tristes —dijo George.
—Siempre lo hago —dijo Hazel.
-Así me gusta —dijo George. Respingó. En su mente sentía el sonido de una máquina remachadora.
-¡Rayos! Acabas de oír algo increíble —dijo Hazel.
-Lo mismo digo yo —dijo George.
-¡Rayos! —dijo Hazel—. Acabas de oír algo increíble.

A casi 1 semana de escribir el pasado post, he decidido regresar a comentar.



No sé si debería estar escribiendo esto, pues algunos pudieran considerarlo de mal gusto (en especial mi familia paterna, de la materna ni hablemos). Sin embargo, me ha servido durante algun tiempo ir contra sus deseos y más a favor de mi propio bienestar el expresar lo que me da la gana y , en especial, aquello a lo que le he dedicado una buena relfexión. A todos ellos, les pido me perdonen si así lo consideran oportuno, pero no pienso pedir disculpas, pues realmente estoy haciendo lo que me parece necesario para mi, no para otros. Y al resto de los lectores, les pido respeto; no por mi, sino por quien me motivó a realizarlo. Realmente es importante para mí sacarlo de mi pecho, y les suplico lo traten como tal.




La semana pasada me enteré de que un familiar habia sufrido un ataque , y que estaba en un estado de salud comprometido, similar a un coma, aunque podía escuchar y, según cuentan quienes lo acompañaron en esta etapa, parecía querer comunicarse y responder a aquellos que querían estar presentes. Al poco tiempo, alrededor de unos días despues, cayó en coma , y este lunes en la madrugada falleció.


Mi tio abuelo falleció en circunstancias nada diferentes a las de la mayoría de las personas de edad en esta época, pero eso no es lo importante , pues no es necesario que conozcan mucho a la persona para extrañarle. Era uno de los pocos familiares a quien me daba gusto encontrarme en reuniones, pues El Tio (como familiarmente le concocimos) siempre compartía conmigo una buena historia de su juventud; con una gran satisfacción relataba cómo había llegado a la Ciudad de México, que si conocía a no se quien, que cuando Joaquín esto y lo otro, pero algo que recuerdo es que nunca se quejaba de lo que hizo, y pocas veces, que yo recuerde, se arrepentía de algo, no por hacerlo, sino por dejar de hacerlo.

A pesar de que su cuerpo le dio algunos problemas en estos últimos años, seguia conduciendo, andaba por las calles a pie a altas horas de la noche, se echaba sus tragos de vez en cuando y le encantaba andar cotorreando con su familia,con su cabello teñido, a pesar de los comentarios de la gente, siempre disfrutando de los momentos agradables y los inesperados con buena cara. Así lo recuerdo ahora, y así lo haré siempre.


Ayer en la noche fue su velorio. En lo personal, nunca me ha gustado ir a estos servicios, no por miedo, sino por el espectáculo deplorable que hacemos ante la familia. Aqui habrá quien piense que me refiero a "escenitas" o a algo vergonzoso, pero me refiero especialmente a lo otro.

Nunca falta quien aproveche para reclamarse cosas a si mismo o a otros; tal vez no verbalmente, pero sí de pensamiento y en especial en su lenguaje corporal. Está también quien lo ve más como una reunión de familia, como una verbena, o como una junta de profesionistas, haciendo hincapié en los logros,los pendientes, la salud de la familia o de los proyectos que tiene en mente (usualmente son los hombres, aunque las mujeres suelen tener la "peculiaridad" de ver a sus hijos como "sus proyectos", y comparan abiertamente sus logros con los de otras madres).

Alguien recuerda ¿que se debe hacer en un velorio?¿a sazón de quien se dió dicha reunión? ¿quien toma en cuenta al cuerpo, a la mortaja y al occiso, y quien lo hace a la PERSONA? No sé si la persona está, en otro plano o como lo quieran llamar, pero ¿por qué se le recuerda, por lo que es, por lo que fue o lo que ya no será? ¿por qué se llora, se festeja o se lamenta? realmente nos conceden ver nuestro velorio, o podemos regresar a verlo? ¿no sería mejor hacerlo en vida,con plena certeza de estar viendolo?


Ayer en la noche, en medio de una escena similar, me encontraba reflexionando mientras los demás hacían lo que mejor les parecía pertinente. No estoy juzgando a las personas ni sus acciones ( a pesar de lo que suelo hacer en este espacio); solo planteo la escena para que puedan entender lo que me motivó a iniciar este escrito. Por supuesto que pasaron por mi mente las preguntas que todo mundo se hace ante la inminente muerte que algún día habrá de sucedernos, pero, en un momento especial, mientras me cuestionaba a mi mismo sobre qué iba a suceder de ahora en adelante, cómo debñia comprotarme o cómo me sentía en verdad, ante una persona a quien no estoy seguro de que me sienta o que alguno de los presentes lo tome en cuenta en el futuro (aunque poco me importa y espero no sea una condicionante de lo que Soy por lo que Hago) uno de mis primos más pequeños, empezó a llorar. Esto sucedió ya entrada la noche, e ignoro en que momento se enteró del fallecimiento, o como manejaron sus padres la pérdida de su abuelo, pero ese gesto me sorpendió no por ser de quien venía, sino por la espontaneidad y la sinceridad de un niño que se enfrenta a la muerte. ¿recuerdan ustedes cuando supieron que iban a morir?¿o que alguien les faltaría de ahoi en adelante? A mi me pasó a temprana edad, al igual que a él, y no volví a ver la vida de la misma manera. Hay quien dice que se deja de ser niño cuando se es consceinte de que se va a morir algún día... eso explicaría mucho...

Perdonen si empiezo a perder coherencia, pero no vivo solo; mi hermana está viendo la televisión en el cuarto de junto,el perro sigue ladrando y mi disco duro está haciendo extraños sonidos. Y son las 11 de la noche (ya deben saber que mi reloj no funciona y se pone otra hora de publicación).


¿Como quiero ser recordado? Algo si me queda muy claro, y los mas allegados saben como quiero que mi funeral se realice. No quiero que le lloren a mi cuerpo, ni que se lamente de lo que hice o dejé de hacer (ése es mi tabajo de diario); mucho menos de lo que pudieron o no hacer conmigo y aún peor, que se arrepientan de lo que sí hicieron conmigo. Por eso me gusta el Wish you were here de Pink Floyd, y la canción "Islands" de King Crimson. Los que me conocen sabrán por qué.

Cosas curiosas, antes de empezar a escribir me puse a copiar el disco de "Cuentos para Pensar" de Jorge Bucay, que inician con El Buscador, altamente recomendable si lo llegan a encontrar, y para dejar de escuchar el ruido ambiental, puse el reproductor de música, y estaba el disco American IV de Johnny Cash, prácticamente póstumo y lleno de momentos de reflexión ante el final de la vida...And the man comes around...

¿Será casualidad en verdad? Precisamente anoche comentaba con un buen amigo sobre lo dificil que habçia sido experimentar la semana pasada, casi en el limbo,sin un interés especial , con mucas dudas sobre mí mismo, sobre mi trabajo o sobre mi vida personal. Yo no sé que va a sucederme de ahora en adelante, así como no lo sé cada que me voy a la cama o cuando despierto, y como no lo he sabido durante toda mi vida. Lo que si puedo comentar es que, a pesar de que el tio estaba en la habitación y el espectáculo corría ante mí, sentí dolor no solo por su pérdida como familiar, sino también por su pérdida como ser humano.

Tal vez fue lo mejor dejar de estar envuelto en un ambiente de muerte en mi anterior trabajo, tal vez no hubiera podido continuar presenciando cámo se pierden de este mundo tantos y tantos seres especiales a quienes llegué a conocer y a quienes hubiera deseado conocer mejor.


¿Que va a pasar? ¿y cuando? ¿Alguien de ha hecho estas preguntas útlimamente, no como un reclamo, sino como preguntas como tal? No les pido que se pongan limitaciones, o que se pongan a pensar neuróticamente sobre su futuro personal, sino que aprecien, por lo menos durante unos momentos, lo bueno que es estar vivo, pues lo mejor de estar vivo es poder presenciar las cosas en el momento. Dios, si que suena hueco, pero eso pasa en ocasiones cuando no lo haces por tí mismo, o cuando no llegas a ello por tu propio esfuerzo, sino cuando alguien te dice que lo hagas. Lo sé porque he estado en esa situación muchas veces, como sé que lo han hecho ustedes.


Me gusta pensar que, después de la muerte, nos volvemos a encontrar, aunque no sé de que manera o en que circunstancias, pero es un pequeño pedacito de esperanza que me reconforta. Tal vez si pasa como cantaba Vera Lynn, y por eso mismo, me gustaría citarla ahora, así como espero hacerlo, en vida, con cada uno de los que he conocido, y poder partir tal y como lo hacen muchas personas,como otros tantos familiares a quienes he perdido, y quienes sçe que han vivido a su manera, como lo hizo el tio ahora en su plácido descanzo dentro de su féretro, tranquilo, sin tensiones aparentes en su rostro, ni una mueca que me haga pensar lo contrario.

We'll meet again,
don't know where, don't know when
But I'm sure we'll meet again some sunny day

Keep smiling through,
just the way you used to do
Till the blue skies chase the dark clouds far away

Now, won't you please say "Hello"
to the folks that I know
Tell 'em it won't be long
'cause they'd be happy to know
that when you saw me go
I was singing this song

We'll meet again,
don't know where, don't know when
But I'm sure we'll meet again
some sunny day

martes, noviembre 20, 2007

SEXO!!!














JA!






Ahora que tengo su atención, (impriman la imagen, dura más tiempo) he aqui un relato que parece salir de mi propia vida, a sazón de la feria del libro, próxima a concluir...Gócenlo...






Atte: El Viejo
Pd: hoy puse otro post, no todo lo copio de mis fuentes...rásquele, rásquele, algo ha de haber que no haya leido...










“EL AMOR ES UNA FALACIA”
Por MAX SCHULMAN

TRADUCCIÓN DE ANA MARIA VICUÑA N.
NOTA INTRODUCTORIA

“El amor es una falacia” (Love is a Fallacy) es un relato de ficción tomado de la popular novela “Los muchos amores de Dobie Gillis” de Max Schulman. La historia ofrece una ilustración encantadora, aunque extrema, de cómo los razonamientos falaces pueden afectar nuestra vida cotidiana y nos recuerda, también, las limitaciones del razonamiento lógico. Escrita en los comienzos de la década del 50, pueden percibirse en ella algunas resonancias del machismo típico de la época.

EL AMOR ES UNA FALACIA
Max Schulman





Yo era frío y lógico. Agudo -calculador, perspicaz, certero y astuto- todo eso era yo. Mi cerebro era tan poderoso como dínamo, tan preciso como las balanzas de un químico, tan penetrante como el bisturí de un médico. Y - ¡piensen en esto!- sólo tenia 18 años.
No sucede a menudo que alguien tan joven tenga un intelecto tan gigantesco. Tomen, por ejemplo, a Petey Bellows, mi compañero de cuarto en la universidad. La misma edad, el mismo origen social, pero tonto como un buey. Un tipo bastante agradable, pero sin nada en la cabeza. Del tipo emocional. Inestable. Impresionable. Y lo peor de todo, esclavo de la moda. Opino que las modas son la verdadera negación de la razón. Ser barrido y arrastrado por cada nueva locura que llega, rendirse a la idiotez sólo porque todos los demás lo hacen – esto, para mí, es el pináculo de la irracionalidad. Sin embargo, no lo era para Petey.
Una tarde encontré a Petey tirado en su cama con una expresión tal de desesperación en la cara, que inmediatamente diagnostiqué apendicitis.

- “No te muevas”, le dije. “No tomes ningún laxante. Llamaré a un
Médico”.
- “Mapache”, murmuró con voz ronca.
- “¿Mapache?” pregunté, deteniéndome en mi carrera.
- “Quiero un abrigo de mapache”, se lamentó Petey.

Me di cuenta de que su problema no era físico, sino mental.

- “¿Por qué quieres un abrigo de mapache?”
- “Debí haberlo sabido”, gritó, golpeándose las sienes. “Debí haber sabido que volverían, cuando el charleston volvió. Como un estúpido, gasté todo mi dinero en textos de estudio y ahora no puedo comprarme un abrigo de mapache.”
- “¿Quieres decir”, dije incrédulamente, “que la gente realmente está usando abrigos de mapache de nuevo?”
- “Todos los grandes hombres del campus los usan. ¿Dónde has estado tú?”
- “En la biblioteca”, dije, nombrando un lugar no frecuentado por los grandes hombres del campus.


Petey saltó de la cama y se paseó por el cuarto.

- “Tengo que tener un abrigo de mapache”, dijo apasionadamente.
“¡Tengo que tenerlo!”
- “Pero, ¿por qué, Petey? Míralo desde una perspectiva racional. Los abrigos de mapache son insalubres. Echan pelos. Huelen mal. Pesan demasiado. Son desagradables de ver. Son...”
- “Tú no entiendes”, me interrumpió con impaciencia. “Es lo que hay que hacer. ¿No quieres estar en el boom?”
- “No”, respondí con toda verdad.
- “Bueno, yo sí”, declaró. “Daría cualquier cosa por un abrigo de mapache. ¡Cualquier cosa!”

Mi cerebro, ese instrumento de precisión, comenzó a funcionar a toda máquina.

- “¿Cualquier cosa?”, pregunté, mirándolo escrutadoramente.
- “Cualquier cosa”, respondió en vibrantes tonos.

Golpeé mi barbilla pensativamente. Sucedía que yo sabía cómo poner mis manos sobre un abrigo de mapache. Mi padre había tenido uno en su época de estudiante. Ahora estaba en un baúl en el altillo de mi casa. También sucedía que Petey tenía algo que yo quería. No lo tenía exactamente, pero tenía primer derecho sobre ello. Me refiero a su chica, Polly Espy.
Por mucho tiempo yo había ambicionado a Polly Espy. Permítaseme enfatizar que mi deseo por esta joven no era de naturaleza emocional. Ella era, por cierto, una chica que excitaba las emociones, pero yo no era alguien que fuera a dejar que mi corazón gobernara sobre mi cabeza. Yo quería a Polly por una razón astutamente calculada, enteramente cerebral.
Yo era un estudiante de primer año de leyes. En pocos años saldría a practicar la abogacía y estaba bien consciente de la importancia de contar con el tipo adecuado de esposa para promover la carrera de un abogado. Los abogados exitosos que yo había observado estaban, casi sin excepción, casados con mujeres hermosas, gráciles e inteligentes. Con una sola omisión, Polly llenaba estas características perfectamente.
Era hermosa. No era aún de proporciones perfectas, pero yo estaba seguro de que el tiempo supliría la falta. Ella ya tenía todos los atributos necesarios para lograrlo.
Era grácil. Con grácil quiero decir llena de gracia. Tenía una distinción al caminar, una libertad de movimiento, un equilibrio, que claramente indicaban la mejor educación. En la mesa, sus modales eran exquisitos. Yo la había visto en el restaurante de la esquina del campus, comiendo la especialidad de la casa -un sándwich que consistía en trozos de carne asada, salsa, nueces picadas y una gran porción de chucrut-, sin ni siquiera humedecerse la punta de los dedos.
Inteligente no era. De hecho, se orientaba en la dirección opuesta. Pero yo pensaba que, bajo mi tutela y guía, se pondría más despierta. En todo caso, valía la pena intentarlo. Después de todo, es más fácil hacer inteligente a una hermosa niña tonta que hacer hermosa a una fea niña inteligente.

- “Petey”, le dije, “¿estás enamorado de Polly Espy?”.
- “Pienso que es una chica aguda”, contestó, “pero no sé si llamarlo amor. ¿Por qué?”
- “¿Tienes”, le pregunté, “algún tipo de arreglo formal con ella? Me refiero a sí estas pololeando con ella, o algo por el estilo.”
- “No. Nos vemos bastante, pero ambos tenemos otras citas. ¿Por qué?”
- ¿“Existe”, pregunté, “otro hombre por el cual ella sienta algún cariño particular?”
- “No, que yo sepa. ¿Por qué?”
- “En otras palabras”, dije con satisfacción, “si tú estuvieras fuera del cuadro, el campo estaría libre. ¿No es así?”
- “Supongo que sí. Pero, ¿qué estas tramando?”
- “Nada, nada”, dije inocentemente, y saqué mi maleta del closet.
- “Oye”, me dijo, agarrándome del brazo con gran desesperación, “cuando estés en tu casa, ¿no podrías conseguir algo de plata con tu viejo, ¿podrías? ¿Y prestármela para que yo pudiera comprarme un abrigo de mapache?”
- “Puedo hacer algo mejor que eso”, dije haciéndole un misterioso guiño, cerré la maleta y me fui.

- “ ¡Mira!” le dije a Petey, cuando volví el lunes en la mañana, y abrí de golpe la maleta dejando ver el objeto grande, peludo y deportivo que mi padre había usado en su Stutz Beercat en 1925.
- “¡Por Santo Toledo!”, gritó Petey reverentemente. Hundió sus manos en el abrigo de mapache y luego hundió su cara y repitió “¡por Santo Toledo!” quince o veinte veces.
- “¿Lo quieres?”, le pregunté.
- “¡Claro que sí!” gritó, apretando la grasienta piel contra su cuerpo.

Luego, una mirada prudente apareció en sus ojos:

- “¿ Qué quieres a cambio?”
- “A tu chica”, dije, sin escatimar palabras.
- “¿Polly?”, dijo, en un horrorizado suspiro, “¿quieres a Polly?”
- “Así es.”

Lanzó el abrigo lejos y dijo resueltamente:

- “¡Jamás!”

Yo me encogí de hombros.

- “Okay”, le dije, “si no quieres estar en el boom, es asunto tuyo.”

Me senté en una silla y me hice el que leía un libro, pero con el rabillo del ojo me mantuve vigilante, observando a Petey. Era un hombre destrozado. Primero miró el abrigo, con la expresión de un hambriento ante la vitrina de una pastelería.
Después se dio vuelta y levantó la barbilla resueltamente. Luego, volvió a mirar el abrigo, aún con mayor deseo reflejado en su rostro. Luego se volvió nuevamente, pero ya no con tanta resolución. Finalmente, ya no dio vuelta la cara, sino que se quedó mirando fijamente el abrigo, enloquecido por el deseo.

- “ No es que yo estuviera enamorado de Polly”, dijo con voz ronca. “O que estuviera pololeando con ella, o algo por el estilo.”
- “Es cierto”, murmuré.
- ¿Qué es Polly para mí o yo para ella?”
- “Nada”, respondí yo.
- “Ha sido sólo una relación casual –sólo unas pocas risas, eso es todo.”
- “Pruébate el abrigo”, dije.

Aceptó. El abrigo sobresalía por arriba de sus orejas y caía hasta abajo, hasta la punta de sus zapatos. Se veía como una montaña de mapaches muertos. “Me queda estupendo”, dijo feliz. Me levanté de la silla.

- “¿Es un trato?”, pregunté, extendiéndole la mano. Tragó saliva.
- “Es un trato”, dijo, apretando mi mano.

Tuve mi primera cita con Polly la tarde siguiente. Fue una especia de examen. Yo quería averiguar cuánto tendría que trabajar para lograr que su mente llegara al nivel que yo quería.

Primero la llevé a comer.

- “Fue una comida deli”, dijo, cuando salimos del restaurante. Después, la llevé al cine.

- “Fue una película sensa”, dijo, al salir del teatro. Luego, la llevé a casa.

- “Lo pasé super”, dijo al despedirse.

Volví a mi cuarto con el corazón apesadumbrado. Había subestimado gravemente la magnitud de mi tarea. La falta de información de esta niña era espeluznante, y tampoco bastaría simplemente con proporcionarle información. Primero había que enseñarle a pensar. Éste parecía un proyecto de no escasas dimensiones y, al principio, estuve tentado de devolvérsela a Petey. Pero, luego, empecé a pensar en sus abundantes encantos físicos y en su manera de caminar cuando entraba a una habitación y en su manera de manejar el cuchillo y el tenedor, y decidí hacer un esfuerzo.
Procedí en esto, como en todas las cosas, sistemáticamente. Le di un curso de lógica. Resulta que yo acababa de tomar un curso de lógica, de modo que tenía todos los datos en la punta de los dedos.

- “Polly”, le dije, cuando la pasé a buscar para nuestra siguiente cita, “esta noche iremos a caminar y conversaremos”
- “¡Ah, fantástico!”, dijo.

Una cosa debo decir de esta niña, es difícil encontrar otra tan fácil de agradar. Nos fuimos al parque, el lugar de citas del campus, y nos sentamos bajo un añoso roble. Ella me miró expectante y preguntó:

- “¿De qué vamos a conversar?”
- “De lógica”.

Lo pensó por un momento y decidió que le agradaba.

- “¡Sensa!”, dijo.
- “La lógica”, dije yo, aclarándome la garganta, “es la ciencia del pensamiento. Antes de que podamos pensar correctamente, debemos aprender primero a reconocer las falacias más comunes de la lógica. Nos ocuparemos de ellas esta noche”.
- “¡Bravo!” gritó, aplaudiendo con anticipado placer.

Yo sentí encogérseme el corazón, pero continué valientemente.

- “Primero”, dije, “examinemos la falacia Dicto Simpliciter.”
- “¡De todos modos!” rogó Polly, batiendo sus pestañas con entusiasmo.
- “Dicto Simpliciter es un argumento basado en una generalización no limitada. Por ejemplo: El ejercicio es bueno. Por lo tanto, todos deberían hacer ejercicio.”
- “Estoy de acuerdo”, dijo Polly con entusiasmo. “ Me refiero a que el ejercicio es maravilloso. Quiero decir que mantiene el cuerpo en forma y todo.”
- “ Polly”, le dije amablemente, “el argumento es una falacia. El ejercicio es bueno es una generalización no limitada. Por ejemplo, si sufres de una enfermedad al corazón, el ejercicio es malo para ti, no bueno. A muchas personas sus médicos les prohiben hacer ejercicios. Es necesario limitar la generalización, diciendo que, generalmente, el ejercicio es bueno, o que, para la mayoría de las personas, el ejercicio es bueno. De lo contrario, estarás cometiendo Dicto Simpliciter. ¿Te das cuenta?”

- “No”, confesó. “Pero es super. ¡Haz más!”
- “Sería mejor si dejaras de tironearme la manga”, dije y, cuando dejó de hacerlo, continúe:

- “A continuación, veamos la falacia llamada Generalización Apresurada. Escucha atentamente: Tú no sabes hablar francés. Por lo tanto, debo concluir que nadie en la universidad de Minnesota sabe hablar francés.”

- “¿De veras?”,dijo Polly, incrédula, “¿nadie?”

Oculté mi desesperación.

- “Polly, es una falacia. La conclusión se alcanza demasiado apresuradamente. Hay demasiado pocas instancias para apoyar tal conclusión.”
- “¿Conoces más falacias?”, preguntó ansiosamente. “¡Esto es más entretenido que ir a bailar!”

Luché con una ola de desesperación. No estaba llegando a ninguna parte con esta niña, absolutamente a ninguna parte. Sin embargo, si hay alguien persistente, ese soy yo. Así es que continúe:

- “Ahora nos corresponde Post hoc. Escucha esto: No llevemos a Bill a nuestro picnic; cada vez que salimos con él, llueve.”
- “Conozco a alguien igual”, exclamó. “Es una chica de mi pueblo, Eula Becker se llama. Nunca falla. Cada vez que la llevamos a un picnic...”
- “Polly”, la interrumpí, cortante. “Es una falacia. Eula Becker no es causa de que llueva. No tiene ninguna relación con la lluvia. Si le echas la culpa a Eula Becker, eres culpable de Post hoc.”
- “No lo volveré a hacer”, prometió, contrita. “¿Estás enojado conmigo?”
- “No, Polly, no estoy enojado”, suspiré.
- “Entonces, cuéntame mas falacias.”
- “Bueno”, dije. “Veamos Premisas Contradictorias.”
- “Sí. Veámoslas”, dijo guiñando los ojos con placer. Yo fruncí el entrecejo, pero seguí adelante.
- “Aquí tienes un ejemplo de Premisas Contradictorias: Si Dios puede hacerlo todo, ¿podría hacer una piedra tan pesada que Él mismo no fuera capaz de levantarla?”
- “Por supuesto que sí”, respondió.
- “Pero, si puede hacerlo todo, puede levantar la piedra”, dije.
- “Sí”, dijo pensativa. “Bueno, entonces supongo que no puede hacer la piedra.”
- “Pero, Él puede hacerlo todo”, le recordé.

Se rascó su preciosa y vacía cabeza.

- “Estoy tan confundida”, admitió.
- “Por supuesto que lo estás. Porque cuando las premisas de un argumento son contradictorias entre sí, no puede haber argumento. Si existe una fuerza irresistible, entonces no puede existir un objeto inamovible. Si existe un objeto inamovible, entonces no puede existir una fuerza irresistible. ¿Entiendes?”
- “Cuéntame más de este tema tan agudo”, dijo ansiosamente.

Consulté mi reloj.

- “Pienso que basta por esta noche. Te llevaré a casa ahora y tú repasas todas las cosas que aprendiste. Tendremos otra sesión mañana por la noche.”

La fui a dejar a los dormitorios de las niñas, donde me aseguró que había tenido una noche perfectamente sensa, y me fui malhumorado a mi cuarto. Petey estaba roncando en su cama, con el abrigo de mapache arrollado a sus pies como una gran bestia peluda. Por un momento consideré la posibilidad de despertarlo y decirle que podía tener a su chica de vuelta. Me parecía evidente que mi proyecto estaba fatalmente destinado al fracaso. La chica simplemente tenía una cabeza a prueba de lógica.
Pero después lo reconsideré. Ya había perdido una noche. Podría perder otra. ¿Quién sabe? A lo mejor, en alguna parte, en el extinto cráter de su cabeza, algunas pocas brasas aún ardían en silencio. Tal vez, de alguna manera, yo podría hacerles salir fuego. Admito que no era un prospecto forjado con esperanza, pero decidí hacer un último intento.
Sentados bajo el roble, la noche siguiente, le dije:

- “Nuestra primera falacia de esta noche se llama Ad misericordiam.” Ella tembló de gusto.
- “Escucha atentamente”, dije: Un hombre solicita trabajo. Cuando el patrón le pregunta cuáles son sus méritos, replica que tiene esposa y seis hijos en casa, que la esposa es inválida sin remedio, los niños no tienen qué comer, ni qué ropa ponerse, ni zapatos en los pies. No hay camas en la casa, ni carbón en la despensa y está comenzando el invierno.”

Una lágrima rodó por cada una de las rosadas mejillas de Polly.
- “¡Oh! Eso es terrible”, gimoteó.
- “Sí, es terrible”, acepté, pero no es un argumento. El hombre nunca respondió la pregunta del patrón sobre sus méritos. En vez de eso, apeló a la piedad del patrón. Cometió la falacia Ad misericordiam, ¿comprendes?”
- “¿Tienes un pañuelo?”, dijo Polly entre sollozos.

Le alargué un pañuelo y traté de evitar gritar, mientras ella se enjugaba los ojos.

- “Ahora”, dije, en un tono cuidadosamente calculado, “discutiremos la Falsa Analogía. Aquí tienes un ejemplo: A los estudiantes se les debería permitir consultar sus textos de estudio durante los exámenes. Después de todo, los cirujanos tienen rayos X para guiarlos durante una operación, los abogados tienen sus escritos para guiarlos durante un juicio y los constructores tienen planos para guiarlos cuando construyen una casa. Entonces, ¿por qué los estudiantes no pueden mirar sus textos durante los exámenes?”

- “¡Fantástico!”, dijo Polly con entusiasmo. “Es la idea más sensa que he escuchado en años.
- “Polly”, le dije exhausto, “el argumento está completamente malo. Los doctores, los abogados y los constructores no están dando exámenes para probar cuánto han aprendido, pero los estudiantes, sí. Las situaciones son totalmente diferentes y no puedes establecer una analogía entre ellas.”
- “ De todos modos, creo que es una buena idea”, dijo Polly.
- “Tonterías” murmuré. Pero, seguí avanzando resueltamente. “Ahora examinaremos la Hipótesis contraria a los hechos.”
- “Suena exquisita”, respondió Polly.
- “Escucha: Si Madame Curie no hubiera dejado por casualidad una placa fotográfica en un cajón junto a un trozo de pechblenda, el mundo actual no conocería el radio.”
- “Es verdad, es verdad”, exclamó Polly, asintiendo con la cabeza, “¿Viste la película? Me fascinó. Ese Walter Pidgeon es un sueño. Quiero decir que me trastorna.”
- “Si te puedes olvidar del señor Pidgeon por un momento”, dije con frialdad, “me gustaría hacerte notar que esa afirmación es una falacia. Tal vez Madame Curie habría descubierto el radio en una fecha posterior, o tal vez otra persona lo habría descubierto. Un montón de cosas podrían haber pasado, tal vez. No puedes empezar con una hipótesis que no es verdadera y luego deducir alguna conclusión que pueda ser sostenida a partir de ella.”
- “Deberían hacer mas películas con Walter Pigdeon” dijo Polly. “ Ya casi no lo puedo ver nunca.”

Una oportunidad más, decidí. Pero sería la última. Hay un límite para la resistencia humana.

- “La próxima falacia se llama Envenenar el pozo”, anuncié.
- “¡Qué amor!”, gorjeó Polly.
- “Dos hombres están participando en un debate. El primero se levanta y dice: “Mi opositor es un conocido mentiroso. Ustedes no pueden creer una sola palabra de lo que va a decir...”, ahora Polly, piensa. Piensa bien. ¿Qué esta mal?”

La observé con atención mientras su linda frente se arrugaba en un esfuerzo de concentración. De pronto, un leve resplandor de inteligencia --el primero que yo veía-- se asomó por sus ojos.

- “¡No es justo!”, exclamó, con indignación. “No es justo en lo más mínimo. ¿Qué oportunidad tiene el segundo hombre, si el primero lo llama mentiroso, incluso antes de que empiece a hablar?”
- “¡Correcto!” grité, saltando de felicidad. “Cien por ciento correcto. No es justo. El primer hombre ha envenenado el pozo antes de que cualquier persona pudiera beber de él. Ha imposibilitado la defensa de su oponente antes de que éste haya podido siquiera empezar. Polly, estoy orgulloso de ti.”
- “Mmm”, murmuró, enrojeciendo de placer.
- “Ya ves, querida, que estas cosas no son tan difíciles. Todo lo que tienes que hacer es concentrarte. Pensar -examinar- evaluar. Veamos, revisemos todo lo que hemos aprendido.”
- “Estoy lista”, dijo ella, haciendo un grácil movimiento en el aire con la mano, invitándome a disparar.

Fortalecido al constatar que Polly no era totalmente estúpida, empecé un largo y paciente repaso de todo lo que le había enseñado. Una, otra, y otra vez, le cité las instancias, le indiqué las faltas, martillando sin descanso. Era como cavar un túnel. Al principio, todo era trabajo, sudor y oscuridad. No tenia idea de cuándo alcanzaría la luz, o siquiera si la alcanzaría. Pero yo persistía. Machacaba, arañaba, raspaba y, finalmente, fui recompensado. Vi una grieta de luz que luego se fue agrandando, y el sol se derramó por ella haciéndolo brillar todo.
Cinco agotadoras noches tomó este trabajo, pero valió la pena. Había logrado convertir a Polly en una persona lógica, le había enseñado a pensar. Mi trabajo había terminado. Por fin, ella era digna de mí. Ahora, era una esposa apropiada para mí, la anfitriona adecuada para mis muchas mansiones, la perfecta madre para mis acaudalados hijos.

No se debe pensar que yo no sentía amor por esta niña. Muy por el contrario. Tal como Pigmalion amaba a la mujer perfecta que había modelado, así amaba yo a la mía. Había llegado el momento de que nuestra relación cambiara de académica a romántica.

- “Polly”, le dije la próxima vez que nos sentamos bajo nuestro roble, “esta noche no vamos a hablar de falacias.”
- “¡Qué pena!”, dijo ella, desilusionada.
- “Querida”, le dije, obsequiándole mi mejor sonrisa, “ya hemos pasado juntos cinco noches. Nos hemos llevado espléndidamente bien. Es evidente que estamos hechos el uno para el otro.”
- “Generalización apresurada”, exclamó ella. “¿Cómo puedes afirmar que estamos hechos el uno para el otro sobre la base de solo cinco citas?”

Reí para mis adentros con placer. La querida niña había aprendido bien su lección.

- “Querida”, dije, acariciando su mano con pequeños golpecitos tolerantes, “cinco citas es más que suficiente. Después de todo, no es necesario comerse toda la torta para saber que está buena.”
- “Falsa analogía”, respondió Polly prontamente. “Yo no soy una torta, soy una niña.”

Sonreí para mis adentros con un poco menos de placer. La querida niña había aprendido su lección tal vez demasiado bien. Entonces decidí cambiar de táctica. Obviamente, el mejor abordaje era una simple, firme y directa declaración de amor. Me detuve un momento, mientras mi potente cerebro elegía las palabras adecuadas. Entonces comencé:

- “Polly, te amo. Tú representas todo el mundo para mí, y la luna y las estrellas y todas las constelaciones del espacio exterior. Por favor, querida mía, di que aceptarás ser mi novia. Si no lo haces, mi vida carecerá de sentido. Languideceré, me rehusaré a comer y vagaré por la faz de la tierra como el viejo casco de un barco, tambaleante y con los ojos vacíos.”

“Listo”, pensé, cruzando los brazos. Esto debería lograrlo.

- “Ad misericordiam”, dijo Polly.

Rechiné los dientes. Yo no era Pigmalion, sino Frankenstein. Había creado un monstruo y éste me tenia agarrado del cuello. Desesperadamente, luché contra la ola de pánico que me inundaba. A toda costa tenia que mantener la calma.

- “Bien, Polly”, dije, esforzándome por sonreír, “realmente aprendiste tus falacias”.
- “¡Por supuesto que sí!”, dijo, con un vigoroso movimiento de cabeza.
- “¿Y quién te las enseñó, Polly?”
- “Tú fuiste.”
- “Correcto. Por lo tanto, me debes algo, ¿no es cierto, querida? Si yo no hubiera aparecido, tú nunca habrías aprendido nada acerca de las falacias.”
- “Hipótesis contraria a los hechos”, replicó Polly al instante.

Sacudí con violencia el sudor de mi frente.

- “Polly”, gruñí, “no debes tomar estas cosas tan literalmente. Quiero decir que esto es solo materia de clases y tú sabes que las cosas que se aprenden en la escuela no tienen nada que ver con la vida.”
- “ Dicto simpliciter”, dijo ella, levantando burlonamente un dedo hacia mí.

Esa fue la gota que rebalsó el vaso.

- ¿Serás mi novia o no?”
- “No”.
- “¿Por qué no?”
- “Porque esta tarde le prometí a Petey Bellows que sería su novia.”

Caí hacia atrás abrumado por la infamia de Petey. Después que me prometió, que hizo un trato conmigo, que me dio la mano. “¡Qué rata!”, chillé, pateando el pasto.

- “No puedes irte con él, Polly. Es un mentiroso. Un tramposo. Es una rata.”
- “Envenenar el pozo”, dijo Polly. “Y deja de gritar. Creo que gritar también debe ser una falacia.”

Con un enorme esfuerzo de voluntad, modulé mi voz y dije:

- “Muy bien. Eres una persona lógica. Miremos las cosas lógicamente. ¿Cómo pudiste escoger a Petey Bellows en lugar de escogerme a mí? Mírame: soy un estudiante brillante, un gran intelectual, un hombre con el futuro asegurado. Mira a Petey: un cabeza confusa, un atado de nervios, un tipo que nunca sabrá de dónde obtendrá su próxima comida. ¿Podrías darme una razón lógica por la cual deberías convertirte en la novia de Petey Bellows?”


- “Por supuesto que puedo”, dijo Polly “Tiene un abrigo de mapache.”